Especial para Semanario El Sur:
Escribe: José A.Bocca
¿Cuál es la sorpresa ?
Cuando a comienzos de semana, comenzó a trascender un informe realizado por profesionales de la Universidad de Rosario, que hablan de fortalezas y debilidades de nuestra ciudad y de alguna manera, proyectan el futuro posible de la misma…causo enorme revuelo, en la comunidad toda a partir, de comentarios en los medios.
Los que hace años, vemos la realidad villense en profundidad - no solo los temas del día a día que saltan a la consideración popular por su propio peso- y analizamos cada cosa, proponiendo desde nuestra actividad periodística, temas del mediano y largo plazo, no entendemos ciertamente, tanto impacto.
¿Que dice el informe, que los ciudadanos avispados de la ciudad, no conozcan hace años? Esto sin duda, no desmerece en absoluto, el trabajo que abordan los profesionales. El informe es, una ratificación de lo que cada día observamos y sufrimos en carne propia, todos aquellos que queremos a la ciudad y nos golpea su realidad de años.
. Causas.
Nadie por cierto, hace peligrar su propia existencia, ni arriesga su imagen, ni comete una osadía imperdonable, si llama a las cosas por su nombre. O sea, sin eufemismos. O sea, sin analizar tratando de quedar bien con todo el mundo.
Hay que decir que somos el producto de la propia desidia. Que necesitamos que otros de afuera nos digan lo que concienzudamente, sabemos desde adentro, hace tiempo. Por ej.: tuvimos que escuchar a un hombre de la Fundación Libertad arribado a nuestra ciudad hace algún tiempo para convenir que los accesos a Villa Constitución son un desastre (sobre todo para una ciudad que desea y necesita “venderse” al resto de la provincia y al país todo). ¿Quien se ocupa del marketing de la ciudad? Nadie.
Pero los problemas que acarreamos no son del presente. Son una acumulación de errores, desaciertos, falta de voluntad , desinterés y sobre todo: falta de ideas claras, a lo largo de 144 años de historia.
Y a todos nos compete. A unos mas que a otros. Es lógico que aquellos que han gobernado la ciudad, concejales, los que nos han representado en la capital de nuestra provincia o a nivel nacional, los dirigentes de nuestras instituciones, comerciantes, industriales y muchos mas, a lo largo de los años- salvo raras excepciones- se llevan no poca parte de las culpas. Y nosotros, los ciudadanos, por no exigir: también.
Podemos discutir todo. Echar culpas a quien nos plazca y salvar por conveniencia, a quien se nos antoje: lo único que no podemos ignorar, es la realidad. Y la realidad se mide, cuando nos comparamos con otras ciudades santafesinas. Ni más ni menos. Y ahí perdemos.
. Ideas.
¿Se puede revertir esta situación? Se puede. Pero para eso a alguien o a varios debe caérsele una idea, apostar y aportar a soluciones para todos abandonando el interés chiquito y mezquino de la conveniencia o la figuración personal y la especulación política que inevitablemente busca acumular poder para perpetuarse, beneficiando a simpatizantes y amigos.
La sociedad acompañará, pero necesita ver otra propuesta: la del trabajo serio, la de las ideas imaginativas y potables y sobre todo, la de la capacidad personal puesta al servicio del conjunto. Los buenos muchachos suelen ser eso: buenos muchachos. Pero rara vez sirven para conducir nada, más allá de su buena voluntad. Y los otros, los inteligentes para su bolsillo, tampoco le reditúan a la comunidad: ellos solo sirven y se sirven a si mismo.
Podremos leer y analizar informes, elaborar planes estratégicos, alabarnos y ponderar nuestra fortalezas o llorar por tantas flaquezas visibles, echar culpas a otros y discursear en la mesa de cualquier café de la ciudad, pero será estéril.
La estrechez mental, la medianía que se advierte hace años, la falta de imaginación y capacidad de quienes han conducido las instituciones de la ciudad (sean ellas públicas o privadas), nos han orientado inexorablemente a la postración. El despegue de la industria y también del campo (con su auge exportador) han disimulado el impacto de la situación en los últimos años, pero para nada minimizan el diagnostico de fondo: carencia de ideas fuerza en pos de un destino común.
Esto no se cosecha de un día para otro. No fluye espontáneamente. Es la consecuencia, de la aparición de nuevos dirigentes con claridad conceptual y espíritu solidario no exento de capacidad, a la hora de realizar aportes sinceros.
. Futuro.
Sin esto, casi todo lo demás es efímero. La gente lo sabe. Lo dice. No participa. Se aleja de los lugares de decisión porque desconfía. Así sin duda, hipoteca más su futuro y el de la comunidad toda. Decepcionada por tantos dislates (a nivel nacional, provincial y local) se ha replegado. Entiende que de las puertas para adentro de su casa, esta su mundo. Lo demás no le importa. La solidaridad, se halla en franca extinción.
Esto no lo dice ningún informe, eluden el tema muchos analistas y lo esquivan muchos dirigentes.
Uno no pide, ni quiere resignación. Villa Constitución merece tener un destino mejor.
El camino para lograrlo no es sencillo: depende en gran medida, de quienes habitamos esta ciudad.
NOTA: Este artículo se publicó en Semanario El Sur de Villa Constitución el día 3/11/2006 (A propósito de un informe que elaboró la UNR, sobre la ciudad, su estado actual y sus perspectivas de futuro)
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