sábado, abril 14, 2007



FUENTEALBA: Uno más y van...

Cuando Fuentealba murió, la imagen fue mucho mas grande que la de un hombre caido, reclamando lo que creía justo. O la de un asesino que mató sin piedad y que solo una mente afiebrada pudo haberlo ubicado en un cuerpo policial, sabiendolo imputado de vejámenes y violencia en perjuicio de detenidos. Mostró tambien a un poder como el de un gobernador como Sobich que según alega "con la Constitución en la mano", mando a despejar una ruta "como fuere". De cualquier manera ya cualquier precio. Esa imagen desnudó tambien la formidable hipocrecía, que nos aqueja. Pues la misma sociedad que hoy llora y se indigna con la muerte de un maestro....es la misma sociedad que tantas veces despotrica, cuando ve circunstancialmente cercenado su derecho a circular o desplazarse por la acción de grupos sociales que sabedores del oido sordo de las autoridades que supimos conseguir, cortan una calle o una ruta.

Si razonamos, es cierto que al policia neuquino no le ordenaron matar...pero como se traduce el "despejar la ruta como sea". La responsabilidad política es innegable.

Esos maestros neuquinos hace tiempo luchan por su salario. Nosotros (todos)debemos entender de una vez, que alli donde hay una protesta social...hay un derecho legítimo que algún poderoso, se niega a reconocer. Y que solo la unión de muchos tras un objetivo tiene, alguna posibilidad de éxito.

Si no podemos o no queremos, resolver en nuestro interior, esa ecuación: no lamentemos la muerte de Carlos Fuentealba hoy o la de Pocho Lepratti en 2001 o de otros tantos....

Todos, hombres que cometieron el pecado de seguir sus convicciones. El primero detrás de un libro de texto, el segundo ofreciendo un plato de comida.

Solo una bala asesina pudo detenerlos. Pero no detendrá el clamor de tantos que a su manera, seguirán caminando por la misma huella..... Aunque vengan degollando.