Este blog Intenta ser un espejo: que me refleja y muestra como pienso acerca de lo que le acontece a mi a ciudad, mi región y mi país. No me anima otro motivo, que no sea ejercitar la vocación de informar y opinar.Es obvio, que tambien aparecen aquí, mis mas grandes afectos,certezas, dudas y defectos. De todo soy conciente y de todo, me hago responsable.
viernes, agosto 27, 2010
Era el 27 de Agosto de 1920. Desde la azotea del Teatro Coliseo, con una rudimentaria antena, cuatro jovenes (a los que la historia bautizo como a los locos de la azotea), por primera vez transmitieron una ópera de Wagner: así se formó L.O.R. Radio Argentina...
Hasta nuestros días, mucha agua corrió bajo el puente.
Los adelantos tecnológicos han posibilitado que hoy incluso (gracias a internet) el mensaje que solo logra la instantaneidad de la radio, se escuche en cualquier lugar del mundo.
Hay una antigua frase por alli que dice, que quien conoce la magia de la radio, jamas puede olvidarla.
Y seguro es así. Mas allá de los avatares lógicos de quienes en ella trabajamos (recopilar las noticias, ser voceros de las mismas, crear una arquitectura publicitaria que nos permita adquirir el espacio radial etc-o sea tirar el corner e ir a cabecearlo- TODO, lo hacemos con una profunda vocación. Como todos los
que cada día comparten esa "magia" de la radio sin distinción: locutores, periodistas, técnicos, operadores, etc.
Para uno, que hace mas de seis años ahora, produce y conduce (con la inestimable ayuda de colaboradores)
una programa de radio (Noticias, Protagonistas y Algo más...), en una FM de la ciudad de Villa Constitucion Provincia de Santa Fe República Argentina, aquello de la vocación entrañable, es una realidad. Cada Viernes a las 19 Hs la cita nos resulta impostergable.
Seguro, como a cada uno que trabaja en radio, donde sea. O tambien como a aquellos que desde una terraza hace 90 años, ni por asomo sabian que estaban dando a luz en la Argentina, lo que tantos millones de oyentes cada día, les agradecen sin saberlo.
Como les agradecemos, los que trabajamos en radio. A veces, con la sola recompensa del deber cumplido al comunicar la realidad y ofrecer nuestra opinión como incentivo para provocar el pensamiento del oyente.
Siempre, con las ganas de hacerlo en un medio que uno ama desde hace mucho tiempo.
Que nos atrapa cada vez que enfrentamos el microfono: un desafio que es adictivo e incurable.
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